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Recomendaciones para administrar tus finanzas a los 20 años de edad

15.05.2014
Cuatro pasos para alcanzar tus metas financieras

Entre los 20 y los 29 años hay suficientes cosas importantes que hacer, como por ejemplo escoger, aplicar, ingresar y aprobar tus estudios universitarios, encontrar tu primer trabajo “de verdad”, aprender a pagar cuentas por primera vez y manejar las relaciones adultas, lejos del colegio y la universidad. Indiscutiblemente es un período atemorizante y demandante; sin embargo, debes también dedicar tiempo y esfuerzo a dominar tus finanzas, pues solamente así lograrás reducir tus problemas e incrementarás tu capital en el largo plazo.

A continuación te presentamos cuatro herramientas que pensamos te ayudarán a lograr estos objetivos:

Presupuesto

En este mismo portal del Programa de Educación Financiera del Banco Amazonas  encontrarás artículos y videos que pueden ayudarte a elaborar tu presupuesto personal y/o familiar, según el caso. Así también, hay un sinnúmero de herramientas informáticas muy útiles y populares que puedes utilizar con esa finalidad. Aunque no te hayas decidido a elaborar este presupuesto, esas herramientas te serán útiles para monitorear y llevar un registro de tus gastos, lo cual es imprescindible para adquirir disciplina y conciencia en tu vida financiera.

Conocer a dónde va tu dinero es un muy importante primer paso, pues, aún sin la estructura formal de un presupuesto, te brindará información de tus hábitos de gasto.

Un patrón de gastos adecuado

Un buen segundo paso es aplicar la regla “50 – 30 – 20”. ¿Qué significa esto? Que deberías dedicar la mitad de tus ingresos líquidos (50%) para cubrir tus gastos normales de vida, como el arriendo, la comida y artículos de limpieza. Un 30% podrías destinar al gasto discrecional y el 20% restante de esos ingresos líquidos deberías utilizar para ahorrar o para pagar un crédito hipotecario, de estudios universitarios o de compra de vehículo.

La regla “50 – 30 – 20” permite destinar ordenadamente el dinero recibido, en lugar de asignar recursos a lo que consideras que “deberías” gastar en salidas de fiesta o en arriendo.

Una cuenta corriente adecuada

Al tener una cuenta corriente se facilita mucho recibir y realizar pagos, pero es importante que ella te brinde las facilidades para realizar el trabajo pesado. Así, sería adecuado que puedas autorizar el débito automático de las planillas de electricidad y otros servicios básicos; debería ser posible que, adicionalmente, realices por internet otros pagos no recurrentes; y que, finalmente, permita movilizar tus recursos hacia algún mecanismo de ahorro como una cuenta de ahorros o un plan de acumulación.

Fondo de jubilación

Que estés en plena juventud no quiere decir que no deberías planificar tu retiro. Piensa en ello en términos de dólares y centavos: empezar tempranamente a conformar tu fondo de retiro permite que la ganancia de intereses sea mucho mayor. Ahorrar desde tus veinte años para la jubilación te permitirá duplicar el monto respecto de lo que podrías alcanzar si empiezas este ahorro a la edad de 40 años.